domingo, 25 de marzo de 2012

Multan a Fedefútbol con ¢4 millones



Para ser sincero el fútbol no es una de mis pasiones, respeto a quienes lo disfrutan pero le perdí cualquier tipo de respeto a los jugadores nacionales que han hecho de éste hermoso deporte sólo un vulgar negocio.   Pero lejos de mi opinión personal, lo vivido el año pasado durante los eventos de inauguración de nuestro Estadio Nacional, sólo deja un sin sabor a engaño y vergüenza.

Durante los últimos meses del 2010 y los primeros del 2011 la prensa deportiva radial, televisiva y escrita sólo hacían mensión de la visita a Costa Rica de la espectacular selección de Argentina, y en especial la oportunidad de ver jugar en vivo a "la estrella mundial Leonel Messi".  La venta de entradas para la cita deportiva superó la espectativa de todos los ticos, quienes aunque asombrados por los exorbitantes precios no se paralizaron ante la suma e hicieron más allá de lo posible por gastar el dineral y darse el lujo de ver a la Albiceleste y a su máximo exponente Messi.

El final de la historia todos lo conocemos, la legendaria petulancia de los argentinos superó el profesionalismo y Messi se lució, no con sus jugadas de fantasía, sino con una participación desde el banquillo debido a una "lesión de fantasía", originada tal vez por su vulgar forma de mascar chicle.

Una vez más los ticos se vieron más que burlados y engañados por toda la presión mediática que la prensa construyó para tal evento que logró, en medio de plena crisis financiera embaucar el bolsillo de los ticos, pagando un espectáculo que no cumplió lo ofertado.

Al menos la noticia que publica el diario Extra [1], sobre el fallo de la Comisión del Consumidor ante la denuncia de Gustavo Adolfo Esquivel Quirós, quien pagó ¢236.250 por su entrada y ahora recibirá de la Fedefutbol el reembolso de la misma además de una pena, donde cada empresa involucrada debe pagar al Estado una indemnización de más de ¢4 millones, da luz al panorama legal que aboga por los derechos de los consumidores ticos.

Si cada uno de los asistentes a éste pártido hubiera puesto una denuncia personal, hoy la Fedefútbol se vería en la responsabilidad de resarcir el coste por las 35mil entradas.  Más sin embargo de los 35mil asistentes sólo don Gustavo formalizó su queja.

Don Gustavo nos da ejemplo que la justicia no deja de estar a favor del consumidor, tardía pero cumplida, hoy se nos reconocen nuestros derechos de consumo, y debemos de ser responsables en accionar los mecanismos que garanticen la vigencia de estos derechos.

Fuente consultada:

[1]

A, Loría. (24/03/12) Resolvió Comisión Nacional del Consumidor. Deportes, Diario Extra. Recuperado:http://www.diarioextra.com/2012/marzo/24/deportes06.php

martes, 13 de marzo de 2012

Pulseras POWER BALANCE

A finales del 2010 hizo su aparición en el mercado tico la famosa pulsera del balance, ofrecía beneficios casi milagrosos en cuanto brindar al cuerpo un balance perfecto por lo que suponía mejorar problemas de espalda, columna vertebral y cualquier malestar muscular.

La publicidad utilizada en nuestro país para éste producto no fue en medios masivos, sino una demostración in-situ, o sea en cada punto de venta un funcionario amablemente demostraba los asombrosos poderes de dicha pulsera, con dos simples ejercicios el consumidor se daba cuenta que su equilibrio corporal mejoraba en cuestión de tan sólo sostener la dichosa pulsera.  Lo que no se daba cuenta era que tales ejercicios consisten de astucia fraudulenta, pues no era más que una táctica manipuladora muy efectiva.

El costo de semejante "milagro instantáneo" variaba entre los ¢15.000 y ¢18.000 según el local, pero la satisfacción súbita del cliente no tenía comparación, hasta que en el 2011, y debido a los estudios realizados por la Universidad Politécnica de Madrid, se desacreditaron los beneficios de la pulsera para mejorar el equilibrio.  Dada esta investigación y presentados los resultados, la empresa creadora de las Power Balance emitió un comunicado de prensa en su natal Australia, haciendo constar que su producto era un fraude, y prometiendo resarcir a los compradores su inversión.

Fuentes consultadas:

[1]


I, Rodríguez. (06/01/11) Pulseras Power Balance carencen de base científica. Aldea Global, La Nación. Recuperado:http://www.nacion.com/2011-01-06/AldeaGlobal/NotasSecundarias/AldeaGlobal2641382.aspx

Las verdades a medias son un engaño


Se dice que la publicidad testimonial brinda un alto grado de credibilidad y en la mayoría de los casos es cierto.  Pero en el caso de la CCSS querer demostrar la eficiencia de esta institución por medio de dos testimonios aislados, teniendo tantas demandas cuantiosas, extensas y permanentes ante los tribunales de justicia por faltas a la efectividad en su servicio, o peor aún por negar sus servicios a segurados que pagan fielmente sus cuotas obligatorias, es querer tapar el Sol con un dedo.

Probablemente don Francisco y doña Karina quienes aparecen en el comercial, cuentan fielmente su experiencia de vida ante el servicio de la CCSS, y eso es bueno, pero establecer a partir de estos dos casos, que el servicio en general de la institución hacia todos los usuarios es eficiente, no basta para contrarestar la mala reputación que durante los años a acuñado éste organismo.

El descontrol administrativo, los conflictos con el gremio de médicos, enfermedas y anesteciólogos, la lista de empresas morosas que se acrecenta cada día, la mala calidad en el servicio directo a los pacientes, burocracia, filas interminales para la asignación de citas y entrega de medicamentos, extravío de expedientes médicos, negación de servicios a ciudadanos de tercera edad, y la conocida crisis econónima que pone en riesgo las garantías sociales de todos los costarricenses, son suficientes antecedentes para dejar en claro que la CCSS dista por mucho de ser una institución eficiente.